sentido del royecto
Una de las preguntas más recurrentes que debe afrontar un líder empresarial tiene que ver con la proyección en el tiempo del sentido de lo que hace. No se trata tanto de un tema personal, cuanto del sentido o futuro del proyecto empresarial que el directivo lidera.
Desde una visión más centrada en el corto plazo podría asegurarse que gestionar una empresa es acompañarla desde su nacimiento, durante su desarrollo y ayudarle a tener un buen final. En este contexto, la empresa aparece como algo con principio y fin. En consecuencia, alinear los objetivos de los profesionales, en un sentido amplio, tiene que ver con gestionar un proyecto que termina. Esto puede llegar a ser una obsesión que llegue a incidir de manera capital en la marcha de la empresa, incluso acortando su vida natural para obtener un buen final. Los casos de proyectos empresariales especulativos montados para nacer, desarrollarse a velocidad de vértigo y venderse a un precio, muchas veces exorbitante, son un ejemplo claro de una forma de empresa y de una manera de gestión empresarial.Existen valores más identificados con la idea de un proyecto empresarial capaz de renacer cada día abriendo nuevos horizontes y actividades. Un proyecto empresarial intenta trascender y superar la actividad empresarial concreta manifestada en una empresa o empresas y proyecta su escenario de futuro sin límite en el tiempo. Se gestiona desde la tensión permanente por el liderazgo y el futuro a largo plazo. No cabe la menor duda de que los valores en este caso son diferentes del caso de la empresa con principio y fin. Un proyecto empresarial está jugando su partido en el terreno del desarrollo sostenible. Le preocupa su entorno y se compromete con la función social de la empresa. Aspira a construir un proyecto sin fin, aspira a una eternidad que considera posible.Las diferencias entre un proyecto empresarial y una empresa llevadas al límite pueden ser infinitas o pueden no existir. Sin embargo, pienso que hablamos de cosas distintas y que, cuando intentamos proyectar en el día a día nuestra visión de la actividad empresarial, conviene identificarse con una u otra forma de entender lo que hacemos porque los valores que proyectamos son tan diferentes que aplicados de forma inadecuada llevarían al fracaso.Liderazgo y gestiónLa concepción del proyecto empresarial está más próxima a la necesidad del liderazgo que a la gestión. Se ha hablado mucho sobre estos dos conceptos poniendo énfasis en el liderazgo y enfrentándolo a la gestión como si fuesen elementos separados y contradictorios. Probablemente hemos cometido, una vez más, el error de simplificar. Liderazgo y gestión van de la mano, son las dos caras de la moneda del éxito empresarial. Un liderazgo sin capacidad de llevar las cosas a la práctica es puro ensoñamiento abocado al fracaso. Una gestión sin capacidad de liderar es un ejercicio práctico sin sentido más allá de la demostración estéril. También está abocado al fracaso.Un proyecto empresarial necesita más de los valores del liderazgo que de gestionar una empresa en sentido estricto. Se posiciona frente al entorno de forma diferente, intenta trascender de la moda del momento aunque debe integrarla y convivir con ella. La empresa puede crearse al amparo de una moda para aprovecharse de ella, conseguir sus objetivos y desparecer. Parece también evidente que el proyecto empresarial necesita de un liderazgo que conviva con las turbulencias del momento, que sea frío y consistente en sus análisis, acierte en la navegación por aguas turbulentas y se adelante en lo posible a los acontecimientos. Integras o te integranEl proyecto empresarial debe ser capaz de integrar empresas. Empresas nuevas con orígenes diferentes, valores diferentes y aspiraciones diferentes. Si no es capaz de integrar, no tendrá futuro como proyecto empresarial y será objeto de integración por otro desapareciendo en el futuro.
Desde una visión más centrada en el corto plazo podría asegurarse que gestionar una empresa es acompañarla desde su nacimiento, durante su desarrollo y ayudarle a tener un buen final. En este contexto, la empresa aparece como algo con principio y fin. En consecuencia, alinear los objetivos de los profesionales, en un sentido amplio, tiene que ver con gestionar un proyecto que termina. Esto puede llegar a ser una obsesión que llegue a incidir de manera capital en la marcha de la empresa, incluso acortando su vida natural para obtener un buen final. Los casos de proyectos empresariales especulativos montados para nacer, desarrollarse a velocidad de vértigo y venderse a un precio, muchas veces exorbitante, son un ejemplo claro de una forma de empresa y de una manera de gestión empresarial.Existen valores más identificados con la idea de un proyecto empresarial capaz de renacer cada día abriendo nuevos horizontes y actividades. Un proyecto empresarial intenta trascender y superar la actividad empresarial concreta manifestada en una empresa o empresas y proyecta su escenario de futuro sin límite en el tiempo. Se gestiona desde la tensión permanente por el liderazgo y el futuro a largo plazo. No cabe la menor duda de que los valores en este caso son diferentes del caso de la empresa con principio y fin. Un proyecto empresarial está jugando su partido en el terreno del desarrollo sostenible. Le preocupa su entorno y se compromete con la función social de la empresa. Aspira a construir un proyecto sin fin, aspira a una eternidad que considera posible.Las diferencias entre un proyecto empresarial y una empresa llevadas al límite pueden ser infinitas o pueden no existir. Sin embargo, pienso que hablamos de cosas distintas y que, cuando intentamos proyectar en el día a día nuestra visión de la actividad empresarial, conviene identificarse con una u otra forma de entender lo que hacemos porque los valores que proyectamos son tan diferentes que aplicados de forma inadecuada llevarían al fracaso.Liderazgo y gestiónLa concepción del proyecto empresarial está más próxima a la necesidad del liderazgo que a la gestión. Se ha hablado mucho sobre estos dos conceptos poniendo énfasis en el liderazgo y enfrentándolo a la gestión como si fuesen elementos separados y contradictorios. Probablemente hemos cometido, una vez más, el error de simplificar. Liderazgo y gestión van de la mano, son las dos caras de la moneda del éxito empresarial. Un liderazgo sin capacidad de llevar las cosas a la práctica es puro ensoñamiento abocado al fracaso. Una gestión sin capacidad de liderar es un ejercicio práctico sin sentido más allá de la demostración estéril. También está abocado al fracaso.Un proyecto empresarial necesita más de los valores del liderazgo que de gestionar una empresa en sentido estricto. Se posiciona frente al entorno de forma diferente, intenta trascender de la moda del momento aunque debe integrarla y convivir con ella. La empresa puede crearse al amparo de una moda para aprovecharse de ella, conseguir sus objetivos y desparecer. Parece también evidente que el proyecto empresarial necesita de un liderazgo que conviva con las turbulencias del momento, que sea frío y consistente en sus análisis, acierte en la navegación por aguas turbulentas y se adelante en lo posible a los acontecimientos. Integras o te integranEl proyecto empresarial debe ser capaz de integrar empresas. Empresas nuevas con orígenes diferentes, valores diferentes y aspiraciones diferentes. Si no es capaz de integrar, no tendrá futuro como proyecto empresarial y será objeto de integración por otro desapareciendo en el futuro.
MANTRA DEL PROYECTO
¿Pero para qué querríamos un mantra en nuestra idea de negocio?
Un mantra, aplicado al ámbito empresarial, es una frase corta que expresa el sentido que queremos darle a nuestra compañía y como va a servir a sus clientes. ¿Fácil no? … probablemente no. La dificultad de escribir un mantra reside en que todo el mundo espera que sea corto e impactante, cosa que hace más interesante su elaboración por su belleza expresiva. La mejor forma para ello es respirar hondo, concentrarse y preguntarse qué sentido va a tener nuestra empresa para las personas a las que se dirige.
Esta frase, a diferencia de un eslogan, está pensada para los empleados, sobre todo, como una pauta que da sentido a lo que hacen en su trabajo. Un eslogan va dirigido hacia los clientes y pensado para comunicar las cualidades de un producto o servicio. Con este punto claro y si el señor Guy me lo permite, voy a poner un par de ejemplos de algunos mantras sacados de su libro:
– Una recompensa para cada momento del día (Starbucks).
– Diversión, familia, entretenimiento (Disney).
– Mucho más que pasarlo bien (MTG) “Éste es de cosecha propia”.
Para poder ver mejor la diferencia entre un mantra y un eslogan, aquí va otro ejemplo:
– Nike: “Aunténtico rendimiento deportivo” (mantra). “Just do it” (eslogan).
Como podemos ver…¡los mantras proyectan mucha fuerza y emoción! ¡El empleado que trabaje en una de estas compañías sería feliz en aportar su valor si se sintiera en armonía con ellos! ¿Hay algo más humano y emotivo que eso? Sabiendo esto no hay forma de no poder motivarnos en reducir una idea extensa en una pequeña frase, así que ¡debemos animarnos!
MODELO DE CANVAS
- El método cavas es una herramienta (lienzo) muy práctica ya que te permite modificar todo lo que quieras sobre la misma a medida que vas avanzando en su análisis y testando las hipótesis más arriesgadas que ponen en juego la viabilidad de tu negocio.
- El canvas model es muy sencillo, un lienzo muy intuitivo y divertido. Imprimirlo en tamaño XL y trabaja con post-its y rotuladores de colores.
- Te permite trabajar en equipo
- Visual: Te permite ver de manera global TODO los aspectos importantes que configuran tu canvas de modelo de negocios.
¿CÓMO SE RELLENA Y PARA QUÉ SIRVE EL MODELO CANVAS?
Se divide en nueve módulos, la parte derecha es la que hace referencia a los aspectos externos a la empresa, al mercado, al entorno. La parte derecha del modelo de negocio canvas se compone de los siguientes bloques: segmento de mercado, propuesta de valor, canales, relación con clientes y fuentes de ingresos;
- Segmento de clientes: Para determinar tu nicho de mercado pregúntate a quién creas valor!! Para analizar este bloque existen lienzos de trabajo específicos que explicaremos en otros posts como el lienzo de propuesta de valor, el lienzo de persona o los conocidos mapas de empatía
- Propuesta de Valor: Para definir tu propuesta de valor es crítico saber qué problema ayudas a solucionar a tus clientes. Imaginarium: Educación y juego en un solo concepto
- Canales: Identifica cuál va a ser el medio por el que vas a hacer llegar tu propuesta de valor a tu segmento de clientes objetivo.
- Relación con clientes: Reflexiona sobre cuál va a ser tu relación con los clientes. Dónde empieza y dónde acaba esta relación.
- Flujo de ingresos: Tienes que tener claro cómo vas a ganar dinero.
Una vez conozcas el entorno de tu compañía, adapta las piezas (bloques) internos para aportar la “propuesta de valor” detectada de la mejor manera posible; crea alianzas con los agentes necesarios, céntrate en las actividades nucleares de tu negocio y piensa qué necesitas y cuál es la estructura de costes. Es decir, analiza;
- Recursos Clave: ¿Qué necesitas para llevar a cabo la actividad de tu empresa? Los recursos pueden ser físicos, económicos, humanos o intelectuales..
- Actividades Clave: Cuáles son las actividades nucleares para tu empresa. Es importante tener claro este bloque porque es a lo que se dedicará tu empresa, el resto, lo que aporta menos valor, podrás subcontratarlo.
- Asociaciones Clave: Enumera los agentes con los que necesitas trabajar para hacer posible el funcionamiento del modelo de negocio (alianzas estratégicas, proveedores…)
- Estructura de Costes: Después de analizar las actividades clave, los recursos clave y asociaciones clave, reflexiona sobre los costes que tiene tu empresa.
¡
No hay comentarios:
Publicar un comentario